Los métodos de almacenamiento de datos se pueden remontar
a tiempos inmemorables. Para no llegar a los anales de la historia veremos la
evolución del almacenamiento informático desde la aparición del disquete
(también conocido como floppy disk o diskette).
Los comienzos del disquete se remontan a 1967 cuando IBM desarrolló un sistema sencillo y barato para cargar
microcódigo en los System/370 de sus ordenadores centrales.
Durante casi 20 años hubo distintos tipos de disquete pero el más conocido llegó en 1987. Su tamaño era de 3 pulgadas y
media y capacidad de 1,44MB (posteriormente se aumentó a 2,88 MB). Era común ver
a alumnos llegar a sus clases de informática con sus disquetes para almacenar
los proyectos que iban creando en el entorno Office, o que cuando querías cargar un juego era necesario el cambio de disco.
En 1981 apareció comercializado el CD. Al principio, el CD-ROM
sólo permitía la lectura, y suponía un aumento notable tanto en la velocidad
como en la capacidad, ya que alcanzaba los 650 y 700 MB perfectamente. Luego,
aparecieron las grabadoras, y se transformó en un nuevo método para grabar
nuestros datos, confiando plenamente en la durabilidad y la resistencia al
tiempo de los discos compactos, que eran superiores al disquete (lo cual
tampoco era difícil).
Después llegaría el DVD con sus correspondientes grabadoras, que daban otro
salto: 4,7 GB de capacidad, y con la existencia de las capas, la posibilidad de
alcanzar los 8,5 GB. El Blu-ray es el último disco óptico que ha aparecido, y
no ha supuesto un antes y un después en cuanto a capacidad, porque en el
momento en que hizo acto de presencia, los 25 y 50 GB ya se habían superado
ampliamente por otros dispositivos, y a precios más económicos para el usuario
doméstico.
Posteriormente existieron otras unidades de almacenamiento muy famosas como
son el USB, y las tarjetas de memoria, muy utilizadas en cámaras fotográficas y
en los primeros móviles multimedia.
El auge de Internet lo ha cambiado todo, Se ha pasado de un inmovilismo en
los sistemas de almacenamiento a una diversificación sobre la que ya no hay
ningún tipo de control. Eso en cuanto a la demanda; otra cosa es
Siguiendo la línea cronológica, aparecen los discos de almacenamiento portátiles , aunque hoy en día
cada vez con más fuerza, se crea la necesidad de que el almacenamiento ya no
sea en medios físicos, sino remoto. Esto surge gracias al apogeo de Internet, al
aumento de los anchos de banda empresariales y domésticos, y al amplio abanico
de aplicaciones, sitios web y servicios que se desarrollan directamente en la
Red. Se aprovechan tecnologías como la fibra óptica, y eso, en consonancia con
el aumento de la potencia del hardware, ha permitido que el almacenamiento
on-line sea una realidad. Aquí nos encontramos con el nacimiento de los
smartphones y tablets. Sistemas de almacenamiento totales que además permiten
la gestión, modificación y reproducción de los datos almacenados. Esta opción está
recortando poco a poco a la distancia que existe en relación a los ordenadores
personales y portátiles.
Con el auge de los dispositivos portátiles llegamos al sistema de almacenamiento virtual
conocido por “nube”.
Es un sistema práctico y bastante rápido (cada vez lo es más). Permite que desde un
Smartphone o Tablet tengamos un acceso inmediato a nuestros datos almacenados
sin la necesidad de llevarlos con nosotros “dentro” del dispositivo.
Ante todo esta evolución de sistemas de almacenamiento y gestión de datos, AIG quiso dar un paso más en la forma de tratar el software de gestión empresarial, y sacó al
mercado ClassicAIR, que es la herramienta
definitiva para dotar de movilidad a la empresa. Permite conexiones a través de
la web al programa de gestión ClassicGes 5.0.
Además permite conectar varias
delegaciones o tiendas sin necesidad de invertir en IP’s fijas ni VPN’s, y todo
ello de forma directa y segura porque los datos permanecen en el programa de
gestión original.
Gracias a esto, se puede trabajar a distancia ya sea desde cualquier dispositivo
móvil o portátil.
ClassicAIR
permite conectarse a ClassicGes 5.0 a través de un navegador web. Lo único
necesario es instalarlo en el mismo ordenador donde se encuentra ClassicGes y, se
podrán conectar cuantos usuarios quieran al programa ClassicGes a través
de internet.
No hace falta
descargarse ninguna aplicación. ClassicAIR 5.0 se conecta a ClassicGes
directamente a través de la web, garantizando total seguridad en los datos de la empresa.
La única
condición sine quanum es la de dejar encendido el equipo donde estén instalados
los dos programas y ClassicAIR 5.0 abierto para poder conectarse desde fuera.
ClassicAIR es
una nueva forma de entender el trabajo de gestión empresarial con ese punto de
libertad y autonomía física.